Y aquí estamos, en Reino Unido, ya. En Inglaterra, para más datos. Y paso de dar más datos, que no me gusta demasiado. Los que leen este blog ya lo saben, y si no, ya se darán cuenta.
Mi tercer dia aquí, y suerte que no he tenido acceso a Blogger antes (problemas con Firefox, me he pasado al infame Internet Explorer por el bien de mi vida social), porque si no habría estado echando pestes por la boca hasta quedarme seca.
En resumen:
Día 1- 15 min de coche, una hora en tren, 20 minutos de metro, 3 horas de espera, 2 horas de vuelo, media hora de espera, 45 minutos en coche...Resultado: muerta. Todo nuevo, acento cerrado, no me situaba. Depresión máxima.
Día 2- Lluvia, señores. Todo el día. El colegio es un laberinto. La gente es muy simpática, pero no la entiendo. No me funciona nada en el ordenador, estoy prácticamente incomunicada. Llama mi padre, y se desata la tormenta, me echo a llorar así, sin más. Hecha polvo.
Y hoy es el día tres, que en realidad ha sido una gozada en comparación. Hemos ido a un un centro comercial de aquí no muy lejos y hemos comprado algunas cosas que necesitábamos para la casa y para nosotros (un paraguas para mí, por ejemplo). Hemos picado algo y a casa a descansar (eh, me he saltado la siesta, soy toda una valiente). Los tíos de la IT Office me han arreglado lo del portátil (Dios los bendiga) y el agua en la ducha salía perfecta, y tengo una estantería nueva en mi cuarto (es que no tenía NINGÚN sitio donde dejar las cosas), así que un día perfecto, sí. Y ha hecho SOL. Increíble.
Mañana voy ál colegio (lo cual de hecho implica cruzar una carreterilla de nada) para ver cómo tenemos que planear las clases y demás. Qué nervios.
Espero que el día sea como el de hoy.
No, no lo espero.
Lo haré.
xxx
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