lunes, marzo 12, 2012

BBC Day 7: I'm screwed.


Y como estoy jodida, hoy escribo en español, porque me sale de los glosarios (sorry to my English readers, if any, but today I really feel I should express myself in my mother language).
No sé si lo sabréis, que imagino que no, pero soy licenciada en Traducción e Interpretación, lo que básicamente viene a ser como no tener estudios, porque mi especialidad consiste en hacer algo que cualquiera cree poder hacer. Especialmente considerando que mis idiomas de especialidad son el inglés (que hoy día habla cualquiera, mejor o peor o con más acento de Matalascañas) y el alemán, al que por motivos personales no tengo demasiado aprecio ahora mismo. Sí, bueno, se podría decir que yo soy experta en técnicas de transposición linguística, comunicación, bla, bla, pero en un mercado laboral en el que al empleador no le importa una puñetera mierda (con perdón) si tienes más conocimientos o menos, o si estás realmente preparado siempre que cobres lo justo (y creédme que he visto cada atrocidad por esto mismo...), ¿qué importa?
Lo peor de todo es que hoy por hoy ni siquiera sé por qué estudié esto. Sí, traducir es divertido, es vibrante, cambiante, es como enfrentarte a un monstruo al que cada día le sale una cabeza nueva y diferente y tienes que aprender a luchar contra ella, siempre aprendes algo nuevo, cada día. (Bueno, vale, puede que algo sí recuerde por qué me metí en esto). Pero el panorama laboral de España en este campo es y lleva tiempo siendo (y seguirá siendo, cómo no) descorazonador, porque pocos están dispuestos a pagar a un experto por un trabajo bien hecho cuando cualquier asistente o secretaria lo va a hacer (porque no le queda otra, más que nada) por el mismo precio que le organiza la agenda y sirve el café (con todo el respeto a las profesiones de asistente o secretaria). Puede que una de las principales causas de todo este pitorreo es que no tengamos colegio profesional que siente unas bases laborales, unas tarifas y una regulación, pero la situación es la que es.
Y lo más lacerante del asunto es que siempre quise estudiar traducción porque me gustaban los idiomas, especialmente porque quería aprender japonés, traducir del japonés y quizás irme allí a vivir. Ya hace años que la cultura, el idioma y en sí lo que sabía del país me cautivó y lo tenía como meta a (muy) largo plazo. Pero si de veras quería hacer eso lo mejor hubiera sido sacarme Estudios de Asia y luego un máster en Traducción y no tratar de hacerlo al revés, porque de esta forma no sólo me chupo 2 años más, sino que además, dado que ya no hay máster en Estudios de Asia (que antes sí), sino que es un nuevo grado, ya no hay beca que valga, y mis padres no pueden pagar otra carrera (de hecho, la primera se pago con mis becas y trabajos de verano). La verdad es que no podía saberlo, pero ahora me toca apechugar con esta situación, y me supera. Quizás no me había dado cuenta antes de cómo estaba realmente la cosa, o quizás lo que yo tenía era un sueño de adolescente y me acabo de despertar. Quizás equivoqué la vocación, o estoy perdida laboralmente, pero el caso es que ahora no veo sentido a lo que hago, ni sé por dónde tirar.
Estoy ¿desesperada? por seguir estudiando (no, pero en realidad me gusta aprender, y lo hecho mucho de menos -y aquí es cuando lo que están estudiando dicen "Ya se ha vuelto loca del todo"-), pero ¿qué? Contando por supuesto con que no hay presupuesto, ¿qué estudio, si he perdido mi plan? Últimamente me atrae mucho la ilustración y el diseño (sobre todo de moda), pero otra carrera sin salida y en un mundo de víboras (porque por lo que sé del mundo de la moda, que tengo amigos ahí...ay).
Llevo tiempo incómoda en mí misma, perdida, y todo lo soluciono obsesionándome con cambiar cosas en mi entorno (mi cuarto, mi pelo, etc), pero el verdadero problema (y admito que me acabo de dar cuenta) es que no sé a dónde quiero ir ni qué quiero hacer con mi vida. No sé cómo quiero que sea mi vida. No tengo sueños.
¿Y ahora qué hago?


No hay comentarios:

Publicar un comentario